La película permite hablar de la estética, ya que la historia narra sobre una vida marcada por lo feo y por lo bello, pero más que narrar permite al cinéfilo vivir las escenas desde lo nauseabundo hasta lo sublime como es el cuerpo y el aroma de una mujer. El inicio de la película muestra una escena que logra impactar, el nacimiento del protagonista entre inmundicias y podredumbres en un mercado en Francia, esto como contraste de la imagen sublime de un nacimiento normal. La observación del público en torno al sentido desarrollado por el protagonista, el olfato, se convierte en el tema central de la película y con la cual se pueden lograr fotografías significativas para el análisis estético; de tal forma que se evidencian las calles sucias de París y enmarcada en el Siglo XVIII acompañadas de los mendigos y olores desagradables por la suciedad reflejada en sus calles, en contraste con los carruajes de la gente mejor posicionada y con las escenas de campo abierto donde el olor drásticamente cambia y mejora.
Esta historia de la estética, especialmente no es bella, tal vez sublime o simplemente significa que a lo largo de las épocas y de diferente manera en cada una, la belleza siempre es un propósito que se anhela con intensidad, pero al realizarle la revisión no siempre se ven como un placer estético.
Despierta muchos comentarios esta película. Veo a un ser humano al que siempre le hizo falta lo más sublime y esencial en la vida: EL AMOR. Y sin saber que le falta, la ansiedad, el hambre de eso que no sabe que es pero que presiente, lo lleva a la búsqueda del mismo desde el único mundo que a el le sobraba, el mundo de los olores, arrebatando la mágica y sutil escencia femenina de muchas mujeres, en un desesperado intento por encontrar la fragancia perfecta del amor para poder ser amado.
ResponderEliminar